Por algún
tiempo faltó sensatez, el macro-proyecto consumiría buena parte del presupuesto
de la Universidad. Los arquitectos
soñaron e hicieron un proyecto enorme, donde no había los recursos.[1] Nadie quería
romper el encanto, lamentablemente el problema de financiamiento cayó por su
propio peso. Sarukhán hizo cuentas de nuevo y no lo podía creer, el macro-museo
sería carísimo, el presupuesto de la UNAM no lo soportaría. El objetivo ahora
era buscar apoyos, encontrar recursos económicos aún debajo de las piedras. Por
tal razón, un equipo de universitarios visitó los pinos en la presidencia de
Carlos Salinas de Gortari y montaron una exposición del proyecto Exploratorio.
…yo le platiqué la idea del museo al presidente Salinas, porque nos
preocupaba de dónde sacar un chorro de lana, de dónde la íbamos a sacar. Le
gustó muchísimo la idea y dijo ahorita lo hacemos juntos y yo me asusté y dije,
cómo que lo hacemos juntos, espéreme es un proyecto de la UNAM.[2]
© Israel Chávez Reséndiz. Todos los derechos reservados ©
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